Journal: Escapada a Campanarios de Azaba

Hace unos días estuvimos celebrando el cumple de Carlos en Campanarios de Azaba, una reserva biológica increíble en la provincia de Salamanca, muy cerquita de Portugal. La reserva es muy grande y solamente un espacio pequeño está dedicado al alojamiento, con lo cual la intimidad y la tranquilidad están aseguradas. Vaya, nos resultó la escapada perfecta desde Madrid🤩.

Nosotros nos alojamos en el Lodge, pero también ofrecen una casita y una burbuja. Tuvimos mucha suerte puesto que no había nadie alojado ese fin de semana y el hotelito era todo para nosotros solos. Además, la calidez del equipo hizo que fuese un finde absolutamente redondo y especial, súper dedicado a hacérnoslo pasar lo mejor posible. No sólo eso, también aprendimos cosas sobre la zona, los diferentes animales y sobre la vida misma, la verdad. Y diría que si hubieramos tenido el gusto de pasar algo más de días, nos hubieran enseñado a montar un vallado, arreglar una caldera o hacer un fuego con dos hojas y un palito.

Se pueden reservar excursiones para ir a observar y aprender sobre la fauna y la reserva, pero también con un paseo (fácil y para toda la familia) se pueden ver mogollón de animales (desde bastante cerca). Dormir en completa oscuridad, ver miles de estrellas y la inmensidad del encinar... Vaya, nos pareció el lugar perfecto para parar y romper un poco con el corre-corre diario

Recursos:

🏡 El alojamiento
🦅 La reserva

Os dejo el diario visual del viaje y si os animáis o tenéis cualquier duda, me contáis en comentarios o por Instagram 🌷

Hummus de remolacha

hummus de remolacha sobre fondo de madera

Este mes se han dado dos sucesos que se complementan a la perfección. El primero de ellos es que mi nutricionista me ha recomendado incluir remolacha en mi dieta. Y el segundo es que este mes decidí comprarme una batidora 3 en 1, de estas que baten, pican y poco más y te hacen también la compra.

La cosa es que a mi la remolacha sin más. Tirando a su-textura-no-me-va-nada. Así que decidí a probar a tomarla en formato hummus y he dado con una solución que oye, me encanta. Aunque el resultado es más dulzón que un hummus normal, puedes modular la sal y el ajo para quitarle un poco de dulce. Así que si te apetece incluir remolacha en tu dieta o darle un toque de color a tus aperitivos prueba esta receta.

Ingredientes

  • 1 cabeza de remolacha (pequeña)

  • 400g (un tarro grande) de garbanzos cocidos

  • 2 cucharadas de tahini

  • 2 cabezas de ajo

  • 1 limón (su jugo)

  • 1 cucharada de comino

  • Sal al gusto

Cómo prepararlo

  • Mete todos los ingredientes en un procesador y tritura hasta conseguir la consistencia que más te guste.

Tips

  • Utiliza aceite de oliva virgen extra para darle más cremosidad

  • Añade agua si el hummus está muy denso o lo prefieres más líquido

  • Emplata con un chorrito de aceite, sal gorda y un poco de pimienta

Verduras al horno especiadas

¡Hola! Hoy os quiero compartir una receta increíblemente fácil, limpia y que junto con una buena fuente de proteína os resuelve cualquier cocina o cena. Aquí en Berlín vivo con una compañera de piso que es vegana y tenemos como norma no tener carne en la nevera. Así pues, desde que vivo aquí he tenido que explorar otras maneras de cocinar, incluir otros alimentos, nuevas preparaciones y, la verdad, lo estoy disfrutando mucho.

Además, como llevo una alimentación baja en carbohidratos tengo que pensar un poco más cómo cocinar guarniciones que no sean arroz o patata. Hace un par de semanas descubrí esta bandeja de verduras al horno y estoy absolutamente obsesionada. Al ser yo sola, una bandeja me da para un par de raciones.

La receta original es del libro The Green Roasting Tin. Este libro es una fantasía si os gusta cocinar con horno, no tenéis mucha idea de qué cosas hacer sin carne y tenéis poco tiempo.

Ingredientes
2 raciones

  • 1 pimiento rojo

  • 1 cebolla roja (o un poco más)

  • 1 bandeja (400g) de champiñones en rodajas o en cachitos

  • 2 cucharaditas de comino

  • 1 cucharadita de pimentón

  • 1 cucharadita de copos de chili

  • Aceite

  • Sal

Podéis modificar las cantidades de verduras al gusto siempre y cuando queden bien esparcidas en la bandeja del horno. Si se apilan o amontonan la verdura se cuece y no queda igual de rico😥.

Preparación

  • Cortar en rodajas la cebolla, en tiras el pimiento y en láminas o cuadrados los champiñones. No hace falta hacerlo con mimo y detalle.

  • Colocar bien esparcido por la bandeja de horno con papel vegetal debajo para que absorba el líquido y no se manche la bandeja.

  • Echar las especies y un chorro de aceite.

  • Mezclar todo bien. Asegúrate de que la capa de aceite cubre bien todas las verduras.

  • Al horno unos 10-20 minutos (depende del horno) a 180º.

Mis favoritos: Enero (Ziaja, Arket, Xoel López...)

Beauty/Hair

Si bien no soy muy de invertir en maquillaje o champús/pelo hay un par de cosas que he usado sin parar este mes. En cuanto a maquillaje, este mes diría que el 80% de los días he ido con la cara lavada. Y cuando no, me he puesto el colorete Deep Throat de Nars, un poco de máscara y lista. Para pelo siempre uso los champús y acondicionadores de Aveda, pero llevo dos meses usando la mascarilla de pelo de Ziaja y me encanta. No conocía esta marca pero entre lo que me gusta este producto y los precios que tienen, no descarto probar más cosillas en el futuro.


Wardrobe

Mi prenda ganadora este mes, sin duda, es este puffer de Arket. Nunca había comprado en esta marca y, ugh, creo que he encontrado mi nueva tienda favorita. Este puffer me fascina: tiene capucha, no pesa y abriga muchísimo. Los bolsillos, aunque son de botón, cierran fenomenal y me encanta el cuello del puffer. De momento no tienen tiendas en España, pero se puede comprar online. Además de ropa, tienen una selección de artículos de casa preciosos.


Estanteria

Enero ha empezado bien cargado de lecturas. Me he puesto como reto leer 12 libros este año y de momento llevo tres. Me debatía entre dos libros como mi favorito, pero finalmente me quedo con We have always lived in the Castle de Shirley Jackson. Es una historia siniestra, tierna y fantástica al mismo tiempo. Si os gustan las historias familiares, con un toque oscuro y misterio, seguro que os gusta. Si queréis ver qué estoy leyendo (o qué he leido), podéis seguirme en Goodreads :)


Food

Sin duda, este mes ha sido el mes de mi guarnición de verduras. La receta la tenéis ya publicada aquí. Un acompañamiento muy fácil, rápido y limpio de preparar lleno de sabor pero bajo en carbohidratos. En cuanto a sitios, este mes se lleva el premio Westberlin. Es mi cafetería preferida para trabajar. El sándwich de pavo y su café hacen mis mañana de lunes un poquito menos cuesta arriba.


Música

Acaba otro mes y se cierra otra lista de Spotify. La verdad es que no me venía ninguna canción específica o cantante que haya machacado a muerte este mes. Sin embargo, repasando mi lista diría que Xoel López se lleva mi premio a más escuchado este mes. Aunque llevo escuchando a Xoel desde que cantaba en Deluxe y para mi es un imprescindible.


Random

Y en cosas random, tengo que recomendaros Bon Appetit. Estoy obsesionada con ese blog y canal de Youtube. Mis favoritos son Claire y Brad. Si no lo conocéis y os gustan los programas de cocina, dadle una oportunidad porque es lo más. Quiero mencionar también un washi tape color fluor de la marca ____ que me tiene loquita y mi trío de cuadernos de líneas de Moleskine.

Cadaqués – Guía de viaje

Hace ya casi un mes de mi viaje a Cadaqués y Perpiñán, pero igualmente quería dejaros una guía de sitios donde comer y lo que yo recomendaría hacer en Cadaqués. Me parece tal delicia de lugar que, aunque ya es más que popular, no puedo dejar de recomendarlo y dedicarle un espacio aquí. Además, fuimos a Cadaqués recién llegada de Berlín, por lo que esos rayos de sol calentitos y ese cielo azul tan intenso me pareció, si cabe, más bonito que la última vez que estuve.

Dónde comer

Siento que debo empezar por el tema de la comida porque si a algo se va a Cadaqués es a comer bien (que no necesariamente barato eso sí). Carlos y yo decidimos volver a Cadaqués después de un par de años sólo para disfrutar del arroz y el alioli de Can Rafa, aunque esta vez les pillamos de vacaciones y no pudimos cumplir nuestro objetivo. En Casa Anita es obligatorio pedir uno de sus pescados y probar las anchoas y los espárragos (¡nunca había visto espárragos de ese tamaño!); el restaurante, sombrío e íntimo, es perfecto para disfrutar de una cena perfecta. En ambos hay que reservar. Para una cena o comida ligera, tanto para el estómago como para el bolsillo, os recomiendo Mut. Se encuentra en una placita tranquila y tienen platos algo diferentes y más económicos. Para desayunar no encontramos ninguno particularmente especial, pero sí que recomendaría tomarse un café en cualquiera de las terrazas de los dos bares en el paseo principal. Más agustito, imposible.

Qué hacer

La verdad es que mi plan en Cadaqués no es otro que pasear sin rumbo, sentarme a leer o dibujar y no mover el coche de donde lo aparcamos (que no es fácil). Como planes alternativos a los típicos que podéis encontrar de un plumazo en Google, os diría que vayáis andando un poco más allá del centro y alucinéis con las casas que hay por allí. También, si en el paseo os encontráis un acceso a algún Camí de Ronda, sigáis explorando. Generalmente, hay tesoros por el camino.

Consejos

  • La carretera de acceso tiene un buen rato de muchas curvas, así que se tarda un rato en entrar y salir.

  • Fuera de temporada se puede aparcar en la calle. Si no, hay un parking a la entrada. Está al lado del centro.

  • Hay muchas cuestas y mucho suelo de piedra, así que…calzado cómodo.

  • Cadaqués es caro, así que la idea de un apartamento donde cocinar alguna de las comidas os permitirá ahorrar un poco.

¡Gracias por todas las recomendaciones (son todas vuestras)! Por cierto, hace unos años escribí un post con recomendaciones sobre la Costa Brava, así que si quieres saber más, haz click aquí.

Por qué me fui (y por qué vuelvo)

¡Hola!

No hace tiempo ni ná. Hace casi nueve meses que escribí mi último post y si os soy muy sincera, durante todos estos meses he pensado que iba a ser el último. Y de esto os vengo a hablar, de por qué me fui (después de unos meses bastante constantes), por qué he decidido volver y qué habrá nuevo por aquí. Sé que “ya nadie lee blogs”, pero bueno, si estas leyendo esto significa que por lo menos una persona sí lo está haciendo y con eso me sobra y me basta.

Vuelvo porque:

  1. Disfruto compartiendo

    Hay quien no disfruta compartiendo y hay quién, como yo, prueba o vive algo y necesita compartir el entusiasmo (o la decepción) que eso supone. He aprendido hasta dónde me siento cómoda compartiendo online y por qué es importante (para mi) establecer cierto límites.

  2. He redefinido mis métricas de “éxito”

    Donde antes éxito para mi se medía en números (seguidores, visitas, tiempo…), ahora lo defino en función de parámetros más emocionales y personales que me aportan más valor y menos frustración que las métricas tradicionales.

  3. He definido el propósito, la forma y la prioridad de mi plataforma

    Como os decía antes, sé para qué quiero el blog (y para lo qué no) y por ende tengo claro la prioridad y el espacio que tiene en mi vida, así como lo que quiero contar y de lo que quiero hablar. No creo que vuelva a Instagram de la misma manera que lo hacía antes; lo mantendré como medio de comunicación con quienes ya me sigan y para anunciar nuevas publicaciones del blog.

Me fui porque:

  1. Me centré en explorar mi mundo personal y profesional offline.

    Sin entrar en detalles concretos (y complejos), necesitaba tiempo para explorar. Tiempo para probar y descifrar qué quería hacer desde un punto de vista personal y profesional. Ha sido un año de mucho trabajo de conocimiento propio y muchos aprendizajes en esta etapa como autónoma también. Necesitaba darme algo más de espacio en la cabeza (y en el reloj) para probar e intentar cosas que están fuera de la pantalla y que hubiera sacrificado por pasar tiempo aquí (o en Instagram).

  2. Necesitaba romper con mis “ataduras digitales” y reflexionar sobre mi relación con ellas

    Da igual si tienes 1000 o 400.000 seguidores, cuando tienes gente que te sigue, a la que le importas sin tu conocerles a ellos y a la que, además, le has compartido muchas intimidades y vulnerabilidades se crea un vínculo curioso. Si bien tiene una cara muy positiva (conocer gente nueva, apoyo, entretenimiento), tiene otro lado que yo he necesitado tiempo para procesar, entender y manejar. Por una parte, preguntarme por qué comparto según qué informaciónm, qué implicaciones tiene perder seguidores, qué impacto tiene eso en mi propia percepción, Y así un sin fin de preguntas que dan para un rato.

  3. No veía qué podía aportar

    No tenía claro para qué tenía al blog. Al principio, cuando empecé, mi motivación era clara: quería ayudar a otros a adelgazar como yo y sentirse tan bien como yo me sentía. Pero con los años, este motivación se fue emborronando y se sumaron muchas de mis inquietudes y preocupaciones con respecto a las redes. Llego un punto en el que no veía la finalidad ni el propósito para vosotros o para mi del blog. A esto se le suma mi vena perfeccionista y actitud (algo) obsesiva y tenemos una combinación perfecta para el desencanto.


Para mi Aleoli (o La Matrícula Roja) para los oldies, siempre ha sido un vehículo que me ha permitido descubrir, mejorar habilidades y conectar con mucha gente. Pero también ha sido, en muchos sentidos, una distracción no necesariamente positiva. Quiero utilizar mi plataforma para seguir aprendiendo y descubriendo y desprenderme del miedo a hacer el ridículo, ser incoherente o no estar a la altura. Y también quiero aprovecharlo para crear conexiones reales y físicas con quienes me leéis.

¡Nos leemos (y quizás vemos) pronto!💛

¿Confiamos en los influencers?

(DISCLAIMER: el post es, lógicamente, una generalización. Siempre hay buenas prácticas, las personas pueden equivocarse y rectificar, etc.)

A raíz de la noticia que se publicó hace unas semanas sobre la influencer con varios millones de seguidores que apenas había podido vender 36 camisetas de su marca (lo cual no es exactamente así, pero nos vale igualmente) se han publicado un montón de artículos sobre la influencia real de los influencers y sobre el futuro de esta nueva industria que muchos vaticinan, acabará pronto. En el post de hoy quiero daros mi opinión sobre este asunto y por qué confío más en una reseña anónima de Amazon que en la mayoría de influencers.

Los influencers nacieron como la alternativa (lógica y necesaria) a los anuncios de famosos anunciando productos que ni les iban ni les venían y que inspiraban ya muy poquita credibilidad (cof, cof, Iniesta y los pods, cof, cof). Un influencer (que por aquel entonces no se llamaban de ningún modo concreto) era el equivalente digital a una amiga qué te contaba qué le gustaba, qué había hecho y qué le había parecido. El denominador común entre ellos era la pasión y el entusiasmo con el que contaban las cosas y la ilusión que transmitían. A medida que sus números de visitas y seguidores crecían, las marcas se fueron interesando por estos perfiles y muchos de ellos crecieron tanto que se acabaron convirtiendo en auténticos famosos. Otros muchos, pudieron empezar a vivir de su hobby a través, al menos al principio, de publicidad. Hasta aquí todo bien, de algo hay que vivir. Entonces, ¿donde está el problema?

Por qué he dejado de creer (a casi todos) a influencers💔

En mi opinión hay tres grandes cuestiones que han deslegitimado a estas figuras:

  • Falta de autenticidad
    Cuando un influencer me dice que cada champú que usa es su favorito, que todos los restaurantes en los que come son increíbles y que una marca de bañadores le va a sentar bien a cualquier cuerpo es comprensible que llegue un punto en el que no me crea nada. Porque no, en tu bañador que no ofrece más allá de la talla L, no me cabe ni una pierna. Creo que, por no ofender a una marca y no cerrarse puertas a posibles colaboraciones, los influencers han dejado de ser sinceros con su audiencia y su tasa de credibilidad (que no necesariamente va pareja con el número de seguidores) ha caído en picado.

  • Falta de coherencia
    Muy al hilo del punto anterior, el hecho de que muchos influencers trabajen con marcas que chocan frontalmente con lo que ellos promueven, defienden o simplemente presentan en su vida diaria sorprende (para mal) al seguidor y, de nuevo, merma la relación de confianza entre seguidor e influencer. Por ejemplo: un perfil que parece en principio preocupado por la sostenibilidad medioambiental y la buena alimentación patrocina una marca de platos preparados cuyo recipiente está hecho de plástico.

  • Falta de evolución y calidad del contenido
    He observado un fenómeno en muchos influencers y es que parece que se han quedado en lo que eran hace cinco años o han ido a menos en el cuidado de su contenido. Me sorprende la falta de preocupación por mejorar: sacar mejores fotos, estudiar bien un tema o estructurar de otra manera un post. En mi opinión, son detalles que demuestran que a esa persona le importa su trabajo y se toma en serio tanto a sus seguidores como a marcas. Valoro muchísimo ver a un influencer qué piensa de qué manera puede hacer que una colaboración no resulte invasiva, sea útil para sus seguidores y lo cuente de una manera creativa y currada. No una foto dando un beso a una crema hidratante o poniendo morritos con una café para llevar. Si vas a trabajar con Nespresso…¿por qué no ir más allá? Contarnos cómo fabrican, de dónde obtienen el café, la clave del éxito, yo que sé, algo. Algo más allá de hacer ostentación y crear un contenido fácil, rápido e insípido.

Chloe quiere ser influencer y se cuela en los shoots.

💞Buenas prácticas💞

Creo que lo mínimo, para una persona cuyo trabajo a tiempo completo es ser influencer, es preocuparse por el bienestar de su sector, de las marcas y de sus seguidores. Y el suyo, claro. Y se puede hacer. Se puede trabajar con marcas o se puede vivir de ser Youtuber sin necesidad de ellas, también. Pero hay maneras y maneras. Os quiero dejar ejemplos de perfiles que, en mi opinión, combinan a la perfección todo esto que os digo y que para mi son un ejemplo de buenas prácticas en el sector.

  • Mango Street: un canal de youtube sobre fotografía. Integran a sus patrocinadores de una manera natural y trabajada en sus vídeos. Os dejo un ejemplo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=syfjVetUfws (7:20)

  • Ingrid Nilsen: una youtuber del mundo beauty que lleva más de diez años en la plataforma. Su evolución ha sido espectacular: de compartir productos de belleza y su día a día prácticamente a un contenido que combina beauty y reflexión con un visual mejorado con respecto a hace unos años.

  • Ratolina: esta youtuber española de beauty habla de lo bueno, lo malo y ante todo es coherente con lo que dice, es muy sincera y transmite pasión por lo que cuenta. Ah, y tiene un millón de seguidores.

    Hay muchos más, en Instagram @wishwishwish o @thingstesting (sin que la patrocine ninguna marca) son muy buenos ejemplos de lo que os digo.

En definitiva y para concluir, creo que la combinación de los tres factores anteriores sumado a la cantidad de anuncios que recibimos a diario y la falta de transparencia de los influencers comienza a saturar al usuario. Quien, además, no puede evitar compararse constantemente con un ritmo y estilo de vida prácticamente inalcanzables que le llevan a sentir malestar y frustración (pero esto es otro tema).

Contádme vuestra opinión en los comentarios. Me interesa, de verdad, mucho vuestra opinión.

¡Gracias por leerme!

Instagram: historia de un desamor

Me enamoré perdidamente de Instagram. Me acuerdo lo bien que me lo pasaba decidiendo filtros (¡team Valencia!), conociendo gente todos los días y haciendo las horas de estudio mucho más amenas. Sentía que Instagram me ayudaba en todo y me hacía mejor persona. Instagram me ayudó a llegar a más personas con mi blog, a conocer gente, a ser más creativa (aquí una que pasaba olímpicamente del tema fotos), a mantener un hobby durante mucho tiempo, a entretenerme cuando me aburría, incluso a darme una profesión. De verdad, he sentido durante mucho tiempo que Instagram era un gran propulsor para mi. Y sigo creyendo que en muchos sentidos, es así.

No obstante, como buena historia de amor y en palabras de Ismael Serrano y Sanz, la nuestra acabó en tragedia y con el corazón partío. Bueno, vale, he exagerado un poco para que quedase más poético. Pero el fondo es el mismo. Instagram y yo seguimos siendo amigos, le tengo mucho cariño y me siento muy agradecida. Creo que tiene cosas increíbles pero ya no estoy enamorada💔.

 
 

Red flags🚨– cómo me di cuenta de que algo no iba bien

  • 📊 Números: no es amor, lo que tu sientes se llama obsesión – no me gustan los números pero entiendo su utilidad y los respeto, de verdad. Pero me preocupó verme tan pendiente del número de seguidores, likes y demás métricas y convertirlas en la unidad de medida de mi valía como persona y de la calidad de mi contenido. Darme cuenta del valor que le estaba dando a un número tan vacío y con tantas variables fuera de mi control me hizo reflexionar sobre si verdaderamente merecía la pena.

  • 🕑 Y las horas, ¿dónde irán? – además de lo que me parte el corazón la cara de penita que me pone mi perra cada vez que me ve con el móvil en vez de jugar con ella, me di cuenta de la cantidad de horas que se me pasaban haciendo scroll infinito, eligiendo un filtro o dudando si una foto iba a funcionar bien o no. Me empecé a preguntar por qué no estaba invirtiendo ese tiempo en currar, leer, hacer el pino o algo que me enriqueciese un poco más. O simplemente observar lo que me rodea. Aburrirme.

  • 👀 Por qué lo de los demás es mejor – Cotillear no es nada nuevo. Lo lleva haciendo el ser humano desde el principio de los días. Compararse tampoco. De hecho, era un mecanismo de supervivencia. Así que, no panic. Todo está inventado. El problema es que ahora el cotilleo y la comparación son prácticamente 24/7 y en soledad. Aún sabiendo que todo está filtrado y seleccionado, creo que las redes sociales, Instagram en concreto, crea una ilusión de cómo es y cómo viven los demás sus vidas. Y, al ser algo tan nuevo, todavía no hemos desarrollado los mecanismos para hacer frente a esto e interiorizar que, en realidad, es mentira, que no nos lo tenemos que creer tanto y que lo nuestro no es tan malo.

  • 🎨 Todo es del mismo color – aunque pueda parecer que hay contenido a miles para inspirarse, lo cierto es que al final, muchas veces, siento que lo que creo es muy similar a lo que hace el vecino. Claro, es lo que tiene consumir Instagram como fuente principal de contenido. Me sucedía lo mismo con la información: las mismas noticias, los mismos enfoques o demasiada información sin filtrar por mi. En definitiva, me sentía/siento un poco en una burbuja en lo que lo real y lo filtrado se emborronaban too much.

  • 🤷 Validación all day, everyday este punto es una suma de todos los anteriores. Pero cuando me empecé a plantear: “¿por qué subes esto?” me empecé a dar cuenta de cómo, muchas veces, estaba buscando presumir o el aplauso “masivo” sin realmente parar a pensar para qué y qué supondría no tenerlo (o tenerlos).

  • 🚫Instainquisición–yo, que siempre había hablado, enseñado cosas y compartido mi vida con total libertad y sin darle mucha vuelta, empecé a observar (especialmente en el último año y medio) que todo lo que dijese podía estar sujeto a algún tipo de crítica o mal hacer por mi parte. Dañar al planeta, comer ultraprocesados, comer carne, calentar con el microondas, comprar ropa de no sé donde, comprar demasiado, educar así o asá a mi perra, cocinar un pan con tomate poco ortodoxo. En fin, me empezó a agobiar este escrutinio constante de mis hábitos o gustos y, con total sinceridad, me empecé a autocensurar para evitar disgustar a la gente que me seguía/sigue.

Cortar por lo sano✂️ cómo superé la ruptura

  • 👋 malas compañías – he dejado de seguir (o silenciado) a gente que me hace sentir mal o no me aportan nada. No es culpa de nadie. Simplemente, por un motivo u otro llevan a tu cabeza por caminos que no son demasiado enriquecedores. Es muy obvio, lo sé, pero es sorprendente lo mucho que nos gusta seguir para criticar, sentir envidia o como aspiracional (irrealizable).

  • 📵 no en mi móvil – únicamente tengo Instagram en el iPad (que no lo tengo nunca a mano). Lo consulto una o dos veces al día muy por encima. No creo en la restricción y además, utilizo Instagram en mi trabajo día a día. No sería realista cortar por completo y además no quiero, hay muchas cosas que me gustan de Instagram. Simplemente no lo quiero en un aparato que llevo en mi mano tantas horas al día.

  • 🎸 actividades extraescolares– hace unos meses decidí empezar a tocar la guitarra, algo que llevo toda la vida queriendo hacer. El tiempo que invierto practicando o en clase, me resulta infinitamente más gratificante que ese mismo tiempo invertido en consultar Instagram. Antes quince minutos muertos me metía en Instagram y ahora cojo la guitarra y práctico cuatro cosas. Me he suscrito a un periódico y varias revistas online que puedo consultar cuando quiera en el móvil y he recuperado mi afición por hacer álbumes de fotos (llevaba siglos sin hacer uno). En fin, probar a ver qué me pedía el cuerpo cuando borraba de la ecuación Instagram.

  • 💭 pensar, estudiar y hacer listas– para llegar al punto en el que estoy ahora he leído infinidad de artículos, he escuchado podcast y vídeos y he hecho mucha reflexión sola y con mi entorno sobre el tema. Creo que es importante parar, reflexionar y debatir sobre qué consumimos, cómo y si estamos conformes con ello. También sobre el por qué y para qué de lo que publicamos y contamos. Todo este pensamiento lo he ido escribiendo en listas (aquí una LOCA de las listas) y también me hice una lista de cosas que me gustaría contarle/enseñarle a mi nieto/a algún día. SPOILER: entre ellas no estaba mi número de likes o seguidores en una foto.

💜THE GOOD💜
Soy optimista. De verdad. Nadie nos pone una pistola en la cabeza y podemos entrar y salir como queramos. Y eso me gusta. No creo que haya un malo malísimo y no me enfado ni con Instagram ni ninguna fuerza superior. Creo que individualmente podemos hacer mucho por moldear las plataformas y redes sociales para mejor, que podemos encontrar la manera de integrarlas en nuestras vidas de manera positiva. Instagram es una fuente increíble de aprendizaje y conocimiento, pero no la única. Por mi parte, quiero utilizar Instagram en pequeñas dosis, como un medio para estar en contacto con el mundo y comunicar lo que sea que quiero comunicar pero siendo muy consciente de todo lo que hemos estado hablando.


Y creo que me he enrollado bastante. Pero es que el tema da para un libro entero y a mi me fascina. Con lo cual, rollo asegurado. Pero bueno, he disfrutado mucho escribiendo el post. Espero que os haya gustado e interesado y me encantaría que compartierais en comentarios (o en Instagram) conmigo vuestra opinión. Un beso fuerte y gracias por leerme😘

📚Si te interesa este tema, te recomiendo:

3 recomendaciones para el día del libro📗

¡Aloha! ¡Feliz día del libro! Espero que tengáis un día lleno de palabras, páginas y nuevas recomendaciones para leer. A veces, cuando me paro a pensar en la cantidad de libros que hay y que nunca llegaré a leer me agobio de verdad. Pero bueno, no nos pongamos filosóficos ahora.

Quería compartir con vosotros tres libros que a mi me encantaron y que regalaría sin duda. De hecho, uno de ellos se lo voy a regalar a Carlos este año y estoy casi 300% de que le va a gustar (aunque sólo sea por lo pesada que he sido hablando las mil y una maravillas sobre él). No os creáis que me encanta regalar libros prefiero recomendar y que cada cual decida qué le apetece o regalar sabiendo que va a gustar sí o sí.

Así que sin más dilación, aquí están mis tres recomendaciones

Maus I y II

Esta novela gráfica es ideal para aquellos que disfruten con la historia o les interese el holocausto. En mi opinión es una pieza perfecta para introducir a casi cualquier persona en la lectura de episodios históricos. Aunque narra una época verídica, la narrativa utiliza animales (cerdos, ratones, gatos) para contar la historia de sus protagonistas y su realidad.

Como es de esperar, se trata de una historia muy personal en la que no sólo nos permite seguir unos acontecimientos históricos, sino que nos humaniza y nos hace muy partícipes de todo lo que va pasando.

La parte gráfica de la novela es espectacular. Tanto o más que los textos, de verdad. He leído bastante novela gráfica política y aunque en general la ilustración está cuidadísima siempre, en Maus transmite algo especial. En fin, juzgad por vosotros mismos.

Yo la leí por primera vez en la universidad y la he releído casi cada año desde entonces. Pure gold.

Lo podéis encontrar aquí* o en cualquier librería.

Dear Martin

Esta novela para joven adulto se categoriza así como se podía categorizar como “lectura obligatoria para toooodo el mundo”. Sí, la historia trata de adolescentes pero el tema que cubre es importante para toda una sociedad y suficientemente grave como para que se lea y se hable sobre ello.

Dear Martin lo leí de una sentada en uno de los vuelos de Argentina y tenía que parar cada rato para procesar lo que iba leyendo. Me llegaba tanto que no podía seguir (también yo soy muy sentida, os lo digo).

Pero bueno, el libro trata sobre el problema del racismo policial en Estados Unidos y, en general, de la cuestión racial. No voy a contaros más de la trama porque merece la pena que lo leáis vosotros sin demasiado en la cabeza.

La trama es desgarradora pero también es profundamente inspiradora. Para mi un imprescindible en mi biblioteca.

Lo podéis encontrar aquí*

La mujer justa

Mi libro favorito no podía dejar de estar entre mis recomendaciones. Aunque considero que no es un libro para regalar a todo el mundo y, ciertamente, no es un libro fácil a mi me enamora cada vez que lo leo.

El libro cuenta la misma historia desde tres puntos de vista diferentes, desde cada uno de los protagonistas. Tiene un contenido existencial y de reflexión sobre la vida enorme, por lo que, en mi opinión, hay que tomárselo con calma, sin prisa y con un buen lápiz/subrayador a mano.

Cuando lo leí por primera vez tenía la sensación de estar leyendo una radiografía de mi misma en muchos aspectos y de personas que ni siquiera conocía. No paraba de preguntarme cómo se puede verbalizar tan bien emociones, angustias y pensamientos tan complejos como los que se presentan en ‘La mujer justa’.

Para mi, un diez de lectura.

Lo podéis encontrar aquí* o en cualquier librería.

Y hasta aquí mis tres recomendaciones para el día del libro (aunque ya vamos tarde) o cualquier día. Ahora que ya se acercan las vacaciones de verano puede ser un momento perfecto para ir haciendo la lista de lecturas para la playa. Contadme qué libros recomendaríais o cuál os habéis comprado o regalado este Sant Jordi. ¡Un beso fuerte!😘

*Todos los libros con asterisco son afiliados. Vaya, si compras con ese link me llevo un pequeño porcentaje.


¡Sígueme en Instagram para no perderte nada!


Ensalada de garbanzos fría y fácil

¡Aloha! Otro de mis básicos, básicos son las ensaladas de garbanzos. Más concretamente ésta. No tiene atún, no tiene huevo, es súper sencilla y de verdad que templadita está buenísima. Es la ensalada de garbanzos perfecta para tupper sin microondas. La podemos preparar rápido (bueno, si tenemos las verduras cortadas) antes de ir a trabajar o dejar hecha un montón para la semana. Aguanta perfecta.

Ingredientes

*1 ración

1/2 bote de garbanzos cocidos
1/4 pimiento verde
1/4 pimiento rojo
1/2 ó 1 cebolleta
Aceite de Oliva del bueno

Preparación

Vale. Esto si que no tiene mucho. Lavamos y secamos bien los garbanzos del bote. Cortamos en pedacitos pequeños las verduras y mezclamos. Le echamos un buen chorro de aceite (de verdad, aquí la clave es el aceite) y sal. Si os gusta el vinagre, le podéis echar también. Y listo. Tupper hecho.

Si podemos dejar que repose un rato mejor. Mucho más rica templada.

 

¡Gracias por leerme! Si os animáis a preparar esta ensalada, compartidla en Instagram y etiquetadme (@alejandra.cubero) para que pueda verlo. Un besote😘

 

Salmón a la plancha con patata y calabacín

¡Aloha! Mi comida de hoy estaba tan buena que no podía no compartirla con vosotros. Más que por el salmón, por el acompañamiento: patatas y calabacín. Además, he sacado una ración de tupper. Y aunque es verdad que la patata no es el alimento que mejor descongela, a mi no me importa demasiado. Así que ea: un tupper de salmón y patatas con calabacín.

La receta no tiene ciencia ninguna. Sólo un poquito de paciencia para que se ablande la patata y el calabacín y poco más.

Ingredientes

*2 raciones

1 patata pequeña
1 calabacín
2 lomos de salmón
Ajo en polvo, pimienta negra, sal
Agua y chorrito de vino blanco (opcional)

Preparación

Cortamos en daditos las patatas y el calabacín. Esparcimos un poco de aceite por la sartén y dejamos que se caliente. Echamos un pssst de aceite sobre la verdura y la condimentamos bien con pimienta y ajo. Cuando esté caliente el aceite lo echamos. A fuego medio si tenéis tiempo o medio alto si no.

Se pegará y se empezará a quemar, pero no pasa nada. Vamos echando poquito a poco agua ( o aceite si queréis más sabor y que sea menos ligero) y si queréis un chorrito de vino. Vamos dejando que absorba y echamos agua. Que no se ahogue ni se llegue a cocer del todo. Un poquito del pegaíto a la sartén es perfecto. Cuando ya esté hecho, ponemos los lomos de salmón en la sartén y vuelta y vuelta hasta que se hagan.

*Si vas a congelar, deja el salmón un poco crudo para que se acabe de hacer al calentarlo.

 

¡Gracias por leerme! Si os animáis a preparar este acompañamiento, compartidla en Instagram (@alejandra.cubero) y etiquetadme para que pueda verlo. Un besote😘

 

Chili con carne y arroz amarillo

¡Aloha! La receta de hoy es un básico absoluto en casa porque se hace súper rápido, congela genial para llevar en tupper al trabajo y se puede veganizar sin ningún problema: chili con carne🍲. Además, también resulta súper fácil hacer grandes cantidades sin manchar mucho más. Yo lo tomaba tooodo el rato en Estados Unidos y aunque esta versión es más ligera, sigue estando riquísima.

Como toque diferente, le he añadido anís y curry al arroz para darle ese sabor a cocina hindú. A mi me encanta la combinación y os recomiendo mucho mucho que le deis una oportunidad. Si no, arroz sin más también está bien.

 

Ingredientes chili con carne:

Para el chili
100g de carne picada
3 cucharadas grandes de alubias, frijoles…(cocidos)
1/2 pimiento rojo
1 cebolla
1 lata pequeña de tomate natural triturado
pimentón picante, comino y pimienta negra
Para el arroz
30g arroz (el que sea)
1 estrella de anis
Curry

Preparación

Cortamos la cebolla y el pimiento en trocitos. A mi cuanto más pequeño mejor, pero si no te sobra el tiempo…como puedas.

Cocinamos por un lado el arroz con el anís y el curry. En una cazo cocinamos la cebolla hasta que esté doradita y después añadimos el pimiento. Vamos echando aceite/agua para que no se queme a fuego medio. Una vez se ablanden las verduras, incluimos las alubias y la carne y una vez tenga color, añadimos la lata de tomate y las especias (depende de lo picante que quieras echa más o menos).

Vamos añadiendo sal hasta que no sepa tan ácido y mezclamos con el arroz.

 

¡Gracias por leerme! Si os animáis a preparar el chili con carne, compartidla en Instagram (@alejandra.cubero) y etiquetadme para que pueda verlo. Un besote😘