Guimaraes, Barcelos y Oporto

¡Hola hooooola! Yo os lo dije que si hoy podía tendríais un doblete de posts...y aquí estamos. Prometo no enrollarme tantísimo como en la entrada de braga, que me puse a hablar y no callé. Además, vais a ver que en las ciudades que os comento estuvimos apenas unas horas y con unos calores que nos tenían andando a velocidad tortuga de Galápagos.

Así que nada, vamos con la segunda parte del recorrido turístico.

Guimarães

Al día siguiente de llegar a Braga fuimos a Guimarães; unos cuantos de vosotras ya nos habíais comentado que era una ciudad preciosa y que nos iba a gustar un montón. Y efectivamente, nos encantó. De nuevo, Guimarães tiene ese aire viejuno de Portugal que a mi me resulta encantador.

Es una ciudad muy chiquitita y se puede recorrer perfectamente en unas horas, así que podéis ir a pasar la mañana por ahí y volver después de comer a vuestra ciudad base a seguir turisteando.

Esto de aquí arriba es una de las plazas principales y como podéis ver sólo unos pocos turistas teníamos la voluntado de cocernos la cocorota al sol. Nosotras comimos en un restaurante de estos pensados para guirirs en esa misma plaza, pero la verdad que estaba riquísimo, barato y con opciones healthy...así que ninguna pega. Estuvimos buscando alrededor de unos veinte minutos un restaurante que habíamos visto recomendado en Internet pero por más que pasábamos por la esquina en la que se supone que estaba...no veíamos el dichoso sitio. Así que nada, entre el calor y que teníamos los pies fritos decidimos meternos a este otro restaurante.

Barcelos

¿Sabéis el típico gallito que nos trae todo el mundo cuando va a Portugal? Bueno, pues ese gallo se llama "Galo de Barcelos" y es natural de esta ciudad tan chiquitina, mona y calurosa. De nuevo, no vayáis con la idea de encontraros un gran monumento que os corte la respiración y os sirva para presumir a vuestra vuelta. Sinceramente, creo que lo mejor de Barcelos es perderte por sus calles y disfrutarlas: los azulejos, los colores de las casas, las puertas, los balcones, etc. Simplemente resulta muy agradable pasear y empaparse de esa sensación de estar en el pasado.

Oporto

En un principio íbamos a ir a pasar el último día a Aveiro, pero los precios del tren y el horario nos venían fatal. En cambio, para Oporto había mil trenes y uno más a un precio eeeeeeeeexcelente. Y pensamos, oye, ¿no nos encantó Oporto? Pues vamos otra vez, comemos en nuestro restaurante favorito y vemos la ciudad con algo más de calorcito que en enero (que en aquel viaje nos CONGELAMOS).

Lo cierto es que nos hizo más bien fresquito. Aunque a ratos hacía calor humedoso, de este que andas y te quedas pringosete. Y claro, más con esas cuestas que me trae mi querida Oporto. Pero bueno, me reitero una vez más: Oporto me parece una ciudad preciosa. Como ya os hemos petado a texto y fotos y tenéis un post enterito dedicado a Oporto no me voy a enrollar más contandoos cómo es Oporto. Si queréis saber más tenéis el link por aquí :).